Bordeline

Ando iracundo y tengo mis motivos. Además el año no podía terminar de otra manera si me baso en los meses que fueron pasando.
Mi desdicha comenzó la noche de domingo mientras viajaba en colectivo y tras presenciar una disputa entre jovencitos desprolijos y un regordete chofer, los primeros lanzaron un petardo al bajarse del carro.
Es obvio, obvio, obvio mal, que el cohetito reventó al lado de mi pierna que estaba semi desnuda gracias a mis preciosas bermudas. El resultado: unas pequeñas quemaduras en la pierna y en la cintura (que no se cómo no se arruinó mi genial chomba). Sordera, mucha sordera.

La semana prosiguió normal: me la pasé morfando; tapando angustia con comida que viene sobrando del 24 y 25, más las que se fueron adquiriendo en el chino amigo. Sin embargo hoy tuve mi momento de estabilidad y me dije: "loco, pará, controlate, dejate de joder un poco con la comida que estás divino, no la cagues (?)" y me dirigí con un ímpetu terrible a la heladera, pero al cajón de frutas. Ahí estaban escondidos, entre las manzanas y naranjas, dos riquísimos mantecoles y se sabe con precisión que fue lo que tomé.

Entonces, se suman mis heridas y la gula. El resultado es ira. Me enoja todo y el techo fue hace instantes cuando me harté del árbol de navidad y decidí armarlo de nuevo para dejar atrás el mamarracho que habían hecho con semejante árbol nuevo que compramos. La imagen no es muy buena, era yo arrastrando al pino de plástico a mi cuarto a las puteadas. Las luces que eran nuevas ahora están en la basura, porque lógicamente las arranqué a los manotazos.

Ahora respiro, quedó re paquete, pero no sé cuanto me va a durar la paz. O la saciedad, no sé, no sé.

Soltero

Con Pablo las cosas nunca fueron tan fáciles. Podría ponerme aquí a enumerar un sin fin de situaciones que fueron el motivo para que la relación terminara, pero no sumaría mucho y basta con decir que a mi individualismo y pocas ganas de soportar conflictos, se le agregaron su exigencia, su idealismo y un carácter un tanto bravo. Lógico que también hubo cosas muy buenas, pero cuando una relación se termina es justamente por las malas.

Luego de confirmar que ambos estábamos hartos, yo me vi en la necesidad de borrarlo del MSN y de Facebook porque no está nada bueno tenerlo ahí dando vueltas, viendo como hace su vida y como uno entra en la indiferencia. También porque quizás del otro lado pasaría lo mismo.
Él, sin embargo, no sólo me borró de Facebook sino que además me bloqueó como para que yo no tuviera acceso a más nada de él; lo cual es medio al pedo porque si quiero decirle algo le mando o un mensaje de texto, un mail o una carta con antrax. Que se yo...

Lo misterioso de este corte es que no hay falta de amor, sino de humor, podría decirse. Quizás en un tiempo podamos recuperar el contacto e iniciar algo de nuevo. Quizás no.
Quizás podamos mantener un contacto más amistoso y que todo quede ahí en la virtualidad. O tal vez nunca más lo vea ni sepa de él, lo que parece más probable y por eso desde acá le mando un beso, una flor, un te quiero, una sonrisa y un adiós.

Mientras tanto

Cuando no me peleo con el tarado de la farmacia, en mi vida ocurren otras cosas como:

- Me divorcio.
- Se me muere un jerbo (Compañía, pobre)
- Me caso de nuevo.
- Me corto el pelo casi dejándome nada.
- Morfo como si fuera el fin del mundo.
- Termino una materia anual y tengo hecho un corto documental que sacó 9 pero es pésimo.
- Veo a mi ex.
- Sueño con brownie.
- Me compro ropa.
- Armo el bolso para irme a Gesell unos días.
- Me divorcio de nuevo.
- Me saco una foto en el espejo del baño.
- Me electrocuto con las luces del árbol de navidad.
- Busco en la PC la playlist de la muerte y le doy repeat durante horas, mientras fumo desquiciadamente y pienso qué vendrá ahora.

El loco de la farmacia II

Acto seguido me senté y me puse a pensar. Seguramente este muchachito no se había dado cuenta de lo que estaba haciendo porque con lógica yo iba a volver a llamar; pero antes que eso sucediera me dediqué a pensar muy bien el contraataque, articular bien en mi mente cuales palabras podrían ser útiles para el bombardeo oral y razonar cada posible ataque por parte del enemigo. Llegó un punto en que tenía todas las respuestas y todas las armas listas para volver a llamar, pero para todo esto, ya había pasado media hora y realmente mi nivel de calentura había cedido lo suficiente como para dejar pasar el día.

Entonces, como quien no quiere la cosa, me preparé el mate. En la bandeja puse la pava, la azucarera y el mate. Me hice un sandwich de jamón y queso y lo dejé también en la bandeja. Antes de irme a mi habitación, le entré a unas masitas de manteca; y cuando me senté frente a mi PC, con todo listo, sonó el teléfono casi interrumpiendo el nuevo disco de Norah Jones, que me vuelve loco.

Yo:
- ¿Hola?- dije casi distraidamente.
Voz:
- Sí, ¿farmacia?

Y corté enardecido, con todas las venas de la cabeza infladas y el pulso a 7 mil por minuto. Llamé a la farmacia, naturalmente:

Yo:
- Sí soy yo, al que le cortaste recién cuando te estaba contando mi problema con el número de teléfono que es igualiiiiiito al de la farmacia- le dije con todo el amor del mundo.
Empleado:
- Sí y yo te corté porque me parecía insensato lo que me estabas pidiendo- dijo el atrevido ese.
Yo:
- y me dijiste "enfermo", lo cual es redundantee viniendo de vos- manteniendo la calma.
Empleado:
- bueno, te corto de nuevo.-
Yo:
- no espero otra cosa de vos, pero sabé que esto no queda así, ya mismo voy a prenderte fuego esa choza ilegal... ¡¿HOLA?!-

Automáticamente pensé, nadie hace esto dos veces y vive para contarlo. Nadie.