Voy a lo que viene
Admito que este post viene de la mano de DOT Baires Shopping, era lógico; pero no estaría acá si no me enteraba que esta semana hay una promo fantástica que paso a contar ya mismo: ¿Vieron que la plata no vale un sorete? bueno, cada $100 pesos que uno tiene en la mano, DOT te da un bono que vale $150 y sirve para que lo despachurres en sus geniales perfumerías. Entonces, acto seguido, pensé: "pero si yo me estoy gastando la vida en ropa y demás placeres terrenales; es obvio que en las fiestas voy a terminar regalando perfumes, kit de jabones perfumados made in algún país europeo, esponjas y coloridas sales de baño y además hay que comprar condones a doquier... soy un pánfilo si no voy y aprovecho la promo del año".
Es por ello que en estos días le diré al amordemivida que vayamos al DOT que le quiero comprar el perfume que tan bien le queda y ya se le terminó y, con cautela, dejaré un claro indicio del regalo que quiero que esté debajo de su arbolito para estas navidades. Naturalmente, tampoco podré perderme de chequear cada local de ropa, los cines, la terraza y ver si realmente todo está en perfectas condiciones... sino, gente del DOT, prepárense.
Más info por acá: www.dotshopping.com.ar
El loco de la farmacia
En casa, desde hace poco más de 3 años, recibimos siempre llamados de personas que intentan comunicarse con una farmacia y en este tiempo fuimos conociendo gente que ante un "hola" disparaban inescrupulosamente pedidos como "sí, bueno, quería ibuprofeno o diclofenac, algo porque no doy más..."; o "el envío aun no llegó ¿sabe? hace más de una hora que lo pedí...", etc. También están los que necesitan legitimar el espacio cuando uno levanta el tubo y saluda: "¿farmacia?", "hola, farmacia...", "¿farmacia, no?", etc.
Más allá de los modos, lo sabido es que esta casa funciona como una sucursal pirata de esa farmacia y no ha pasado un solo día que no recibamos un inquietante llamado en una siesta para preguntarnos si esta era la farmacia.
Incluso, me ha pasado de llamar a mi casa desde la calle y que me atendiera algún empleado insolente de la farmacia; cosa que es inverso y hasta algo gracioso. El tema es que pensamos en cambiar nuestro número, pero es tan lindo que no podríamos desprendernos de él... así que hoy me armé de valor y llamé al local que tiene un dígito de diferencia con mi número de teléfono.
Yo:
- (...) Bueno, ese es el problema. Necesito que cambies el número porque en esta casa no se puede dormir la siesta.-
Empleado:
- Lo que pasa, estoy seguro, es que la razón fueron unos imanes que se hicieron hace tiempo y el número estaba equivocado. No era.-
Yo:
- Pero el problema viene de años...-
Empleado:
- Es que algunos se siguen repartiendo, o incluso están en las bolsitas...-
Yo:
- Me estás cargando.-
Empleado:
- En lo absoluto, no lo cambiamos porque de todos modos son pocos los clientes con el número equivocado. Perderíamos más dinero haciendo todo de nuevo.-
Yo:
- Vos no me entendiste, te llamo para que cambies el número.-
Empleado:
- ¡Cambialo vos, enfermo!- y se oyó casi en alta definición un click.
Me cortó, o sea, ¿alguien se da cuenta de eso?
Cenizas
Ni bien mi viejo murió, se decidió cremarlo, como él quería. Nosotros, nadie, estaba muy de acuerdo con eso pero debe existir en uno la sensación de que un cuerpo entero enterrado significa alguna continuidad con la vida aunque más allá de ciertos conceptos.
Los primeros meses, la urna con las cenizas permaneció en la habitación que él compartía con mi vieja y si bien puede parecer algo un poco bizarro, la caja estuvo posada sobre su mesa de luz. Otro tipo de continuidad.
Algunos días la urna apareció con flores de compañía, luego se sumó una foto; pero siempre estuvo ahí y todos sentíamos y sentimos como que un pedacito de mi viejo está ahí, pendiente de las cagadas que nos mandamos, de cómo tratamos a mi vieja o simplemente expectante del auto de mierda que podríamos llegar a comprar.
Ahora llegó el momento de llevar la urna al cementerio, al lugar especial que tienen los fallecidos que en su vida fueron policías, luego de casi 3 meses de trámites. En un primer momento, mi hermana planteó la idea de separar las cenizas entre Necochea y el césped de la cancha de River, pero logró un quórum de mierda. Mi hermano dijo que mejor nos quedemos con la urna donde está y que el resto se vaya a cagar, y si bien pienso como él, me pareció necesario tener una charla con Sebastián y explicarle que no podemos ser egoístas como Marcela siempre lo fue, y que darle un espacio en un cementerio significa que otras personas que lo quisieron, puedan llevarle una flor, un pagaré o acercarse con una buena puteada para dejarle.
Lo que no le dije a nadie es que vengo planeando abrir la urna y sacar una parte y guardármela, porque eso a mí me da continuidad. Eso a mí me llena cierto espacio vacío que tengo y que no se llena ni llorando ni pataleando. Tristemente, mi vieja está hace dos semanas en casa y no se mueve... así que veo complicado robarme la caja por un rato; y la verdad no estoy como para convertirme en usurpador de las cenizas de mi propio padre.
Mes de la muerte
No me olvido que justo este cuatrimestre se me dio por hacer el máximo de materias que permite mi carrera (4) y que encima, en medio de todo esto, mi viejo murió, la flia. quedó con las finanzas más en rojo que antes y que al día de la fecha todo es prosperidad.
También reconozco que tengo a mis amigos un poco abandonados; que no baño al perro hace un mes y que no quiero mandar a bañarlo porque estoy seguro que sufre como un condenado que va a la horca; que si mi vieja me dice A la fulmino con una mirada clave con todo el peso académico (?); y que para complicarme aun más la existencia, adquirí dos hermosos jerbos (uno regalado por Mi marido) que se llaman Perez y Compañía. Que genial soy.
Básicamente eso está pasando en estas dos últimas semanas. Hay desgaste mental, hay mal humor, hay buena onda, hay equipo (?)... hay bipolaridad.
Stay tuned.
Ladrones
Tampoco voy a contar que el sábado estuve disfrutando de Valerie Lynch en ubicaciones preferenciales. Tampoco.
Fran en el Maipo
La noche no pudo tener mejor resultado de momento que estaba Mi Señora presente, un Teatro Maipo agolpado por una muchedumbre enardecida por el rock idol, un escenario cálido y un piano manipulado con gusto. Imaginense si a todo eso le sumamos una cerveza bien ámbar en una noche calurosa en Buenos Aires... sin palabras. Me mojo todo.
Lamentablemente sacamos fotos feas pero que dan señales de lo próximos que estuvimos al escenario... aunque somos tan idiotas que nos perdimos conocer a Fito en persona en un encuentro muy VIP y todo por irnos corriendo a comer algunas hamburguesas tercermundistas.
Así estamos.
Tips
Cuando me puse a pensar en los "30 tips que necesito en un hombre", lo hice sabiendo que la aparición de un especímen así sería casi una utopía fragmentada. Primero porque yo soy quisquilloso, y segundo porque los demás son peores que yo. Igual la vida sigue y uno no anda ni con una bolsa de cartón sobre la cabeza para que nadie te mire, ni con un ramo de novia en la mano a la caza de ese tipo de hombre -que claramente está en extinción-.
El amor es como un imposible. Como un pozo lleno de luz pero que en el fondo tiene caca (keyword: pozo). El amor es lindo pero se afea como cuando los púberes se hacen preadolescentes. Llorás, pataleas, negás y jurás que no vas a volver a cometer la misma idiotez de enamorarte pero vas y lo hacés. O lo harás.
Yo sin embargo, soy descreído y no espero nada del amor. Me retuerce la idea de enamorarme al pedo para tener una relación que tarde o temprano terminará. Porque todas terminan.
Igual nada, me tendría que callar la boca bien callada. Meterme algodón, telgopor o arroz, no sé, porque como quien no quiere la cosa, estoy de novio. Y cumple -por ahora- con los 30 tips.