Marcela

Había llegado el momento de comenzar a organizarnos la vida propia y familiar; por eso, una mañana nos subimos a la moto de mi hermano y juntos nos fuimos a recorrer algunos destinos para dar inicio a la tramitación de seguros de vida que mi viejo habría legado.
Podría dedicar este espacio para relatar lo incómodo que me resulta usar casco, lo feo que es andar en moto -enorme- sobre Panamericana y Gral. Paz y lo espantoso que puede quedar mi pelo tras esto. Sin embargo sólo diré que resulté vivo.

En la primera institución dónde llegamos, estuvimos esperando un largo rato... lo que nos hizo pensar que nos quedaríamos sin tiempo para las demás visitas planeadas. Cuando nos atendieron, chequearon toda la documentación y nos dijeron que alguien se nos había adelantado. Mi hermana. Y acá haré un parate para explicar ciertas cuestiones muy resumidamente.

Por parte de mi viejo, tengo dos hermanas mayores con las cuales no tenemos mucha relación. Primeramente porque una vive lejísimo y la otra siempre se vinculó con nosotros basándose en cierta fayutez y celos de hija mayor. Nos hizo muchas cosas, que lamentablemente son largas de contar pero siempre fueron situaciones belicosas que se codeaban con la pretensión por lo material y el deseo explícito de enriquecerse a costa nuestra.

Cuando la asistente de seguros nos dijo que mi hermana había estado ahí antes que nosotros, supimos entonces que ella tenia una partida de defunción -para llegar a eso- y que nos la había estado ocultando mientras nosotros tardamos días en obtenerla. Esa nos pertenecía de entrada.

Empleada:
- Bueno, acá ya estuvo Marcela y como presentó la papeleta pertinente, se hizo apertura del sobre de beneficiarios. En esta institución hay un seguro de vida de $18 mil pero -y mientras tipeaba compulsivamente en un renegrido teclado- me temo que la deuda que el Sr. mantenía con nosotros fue descontada de ese monto, quedando un saldo de $800.
Yo:
- Comprendo, ¿pero a nombre de quién está este beneficio?- pregunté con todas mis expectativas ya muertas.
Empleada:
- Ya te digo... -mientras se mordía la punta de la lengua y miraba por encima de los lentes, tipeaba y buscaba con desesperación en la pantalla- ahí se está imprimiendo y vemos.
Empleada:
- Este seguro ya casi consumido está a nombre de Marcela, su otra hija ¿no?

Cuando salimos no sabíamos si contentarnos o no con lo que habíamos oído. Nos preguntábamos cómo Marcela, con la cual habíamos hablado por teléfono reiteradamente, no nos había dicho que su tesoro estaba reducido completamente. Con certeza, estaría tomando fuerzas para buscar el amparo legal y sacarnos lo poco que nos quedaba.

Sin pensarlo mucho más, y asimismo porque el tiempo aun estaba de nuestro lado, nos fuimos al Departamento de Policía. En ese otro designio nos enteraríamos definitivamente si nuestro padre había pensado en nosotros para cuando sucediera algo así o simplemente nos haría pagar hasta el último centavo que le habíamos dado a Rosa.

13 comentarios:

La Garrapata Vegetariana dijo...

Lamento decir que en lo que a guita concierne, la familia es la primera que mete mano (parece que hay una ley que dice que el que saca primero se puede llevar la mejor tajada).
Por un lado te diría que encaren a tu hermana, lo que hizo es una hijaputés grande. Por otro lado te podés cagar de risa en la cara de ella porque sólo pudo robar $800 (y no los $18000 que seguramente estaba esperando).
Con respecto a lo de Rosa… las deudas no se mueren con la persona. Pero es probable que tengan que devolver lo comprado (la tv por ejemplo..)
Abrazo y no me afloje.

Blondi dijo...

El don de gente, tus amigos y el talento que tenés no se compran con $800, así que Fran , como reza el dicho: "que con su pan, se lo coma"...Y de esto también se aprende y uno crece mucho...Vos sos un sol y para eso, no hay precio..........Beso de Sofi y míos......

Zoqueta dijo...

Qué sucia hija de puta.
Hubiera pagado por que le sacaras foto a la cara que habrá puesto cuando se enteró de la reducción de su herencia.

Nosubject dijo...

Si, en realidad es todo un tema de educacion, o mejor dicho, aprendizaje: por ams q la familia te enseñe ciertos codigos internos q hay q respetar, la ultima palabra siempre la tiene la calle. Lo fastidioso es que uno no este influenciado por las normas callejeras y sin embargo tenga q lidiar con eso.

Pero bueh, ya Carlitos (no Tevez, el otro; Darwin) decia algo sobre eso.

Saludos.

valentina dijo...

ahhh Fran, no me imagino pasar por una situa´ciòn así, pero estoy a favor de que te rìas de que sòlo pudo conseguir $800

Ricardo dijo...

Metanle los 800 mangos en billetes de dos pesos por el otro, por turra! Filmalo y pasamelo por msn. Hace una semana falleció mi papá también, asique te entiendo más que antes. Besos Frani!

Ricardo dijo...

Perdon, donde dice otro, debería leers orto. Gracias!

La solitaria dijo...

Uh Fran, que mal! Las siguen pasando canutas con esto. Que se termine!

Sil dijo...

La palabra adecuada es "soreta". Si vos mañana te quedás en la calle, seguro que entre los lectores armamos un pool para que te quedes en una casa por día con comida incluída, alguien te cuida al perro, y conseguís trabajo en Les Inrrockuptibles. Tu hermana que se quede con los 800 pesos.

//ThrashAngel// dijo...

que lindas son las familias no...?
por eso opte por no tener una hace mucho.
[ironia]me trae tantos lindos recuerdos el titulo de su blog[/ironia]

lola dijo...

siempre hay algun familiar al que le tira mas la guita que las relaciones humanas...da asco.Que cobarde!!

Deboh dijo...

Que turra la flaca! me dan asco las personas que son así

Cris dijo...

Estoy anonadada de leer ésta noticia, alejada de los blog hace un tiempo...
No hay muchas palabras....
La vida sigue, y ya nada va a ser igual.
Un gran abrazo