1) No hay pelos en la comida.
Una de las experiencias más abrumadoras de la vida en pareja es que el objeto de tu amor te sirva una comida elaborada desde su destreza y la decore con un cabello. Sin embargo, salir con un pelado anula en su totalidad esta posibilidad.
2) No hay pelos en la bañera.
Tomar un baño luego de una jornada agotadora puede convertirse en una odisea al intentar eliminar de la anacarada base de la tina el resto de cabellos de quién antes hizo uso de las instalaciones. Sin embargo, salir con un pelado te alivia estas cuestiones higiénicas.
3) No hay pelos en la almohada.
Ante la usanza de inmaculadas telas para cubrir la cama y las almohadas, es muy probable que luego de una noche de profundo sueño aparezcan los resabios de una cabellera débil. Sin embargo, salir con un pelado te anuncia que esos pelos son tuyos, no de él.
4) Tu pelo es único.
A veces sucede que uno lucha para lograr un largo ideal, un color perfecto y un brillo enceguecedor para gustar al partenaire. Sin embargo, salir con un pelado significa que si tus pelos son dos alambres igual mantienen su encanto.
5) El mito hecho realidad.
Se dice que los pelados son bombas atómicas en la intimidad y me encantaría profundizar en este tema, pero creo necesario conservar un poco la compostura. Sólo afirmo el mito y creo que se queda corto.
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Hace 3 semanas