Conversaciones con mamá II

Madre:
- ¿Y cómo vas a hacer con el camión de perro que tenés?- Sentenció con simpatía en forma de pregunta.
Yo:
- Es lo de menos; nos arreglaremos de tal manera que Ulises esté bien y no le falte nada- Concluí queriendo darle tranquilidad.

Cuando volvíamos en auto seguí hablando de mi partida con algo de naturalidad y timidez. En un momento le pregunté qué le parecía, qué pensaba.
Madre:
- No lo puedo creer, me dejaste helada - y de esa manera, había dicho las palabras que voy a recordar toda la vida.

Irse de la casa de los padres es cortar con la adolescencia. Es animarse a la vida solitaria en algunos casos o a la vida con alguien más. Este último es mi caso.
Pienso en las cosas que me voy a llevar; cómo voy a dividir el tema "auto" con mi hermano, cuál será mi barrio nuevo. Pienso qué sensaciones tendré al volver a casa de visita, cómo será la relación con mi familia porque, claramente, va a cambiar. Pienso también cuál será la reacción de mi madre cuando realmente comience a caer en la idea; y alguna intuición ya tengo porque días después de la noticia, arrojó:

Madre:
- Vos justo te vas cuando no hace ni un año que murió tu padre -

Conversaciones con mamá

Durante algunos días estuve dando vueltas por la casa generando conversación por cualquier cosa y esperando el momento oportuno para decirle a mi madre que en diciembre me iba a vivir con quien es mi pareja. Naturalmente no pude plantearlo de una y esa espontaneidad que me caracteriza pasó a ser un discurso un tanto más pensado, en cada palabra y en cada tono.

Una tarde soleada, luego de recorrer Carrefour, nos sentamos a esperar que la gente del lavadero de autos hiciera lo suyo con mi coche, que ya juntaba centímetros de mugre sobre el azul de sus chapones. Me pareció un momento ideal para lanzar la noticia mientras devorábamos bizcochos de grasa. El frío no se sentía y los anteojos de sol me ayudaban a esconder la mirada, sólo necesitaba pensar en las palabras adecuadas y largarme.

Tras cinco intentos fallidos y ya con los labios morados de tanto morderlos, toqué el tema "diciembre". Encaré con lo básico: se nos terminaba el contrato de alquiler donde vivimos ahora y que me parecía que si nos íbamos a ir de casa, ella debía saber que mi idea era irme, intentar la vida de a dos y que todo eso me hacía inmensamente feliz.

Le pareció muy bien.

Yo:
- Y desde ya, me llevó el perro - continué diciendo.
Madre:
- Voy a buscar una Coca Cola - y se metió nuevamente en el mercado.

Intervalo

Mientras intento procesar cómo se dio la charla con mi madre y la noticia de mi partida, me parece acertado reemplazar el Coming Soon por una nota de mi autoría en Alrededores Web vinculada con puestos laborales divinos que en el fondo tanto no lo son.

Explotación VIP

A veces pensamos que las malas condiciones de trabajo son aquellas que se hacen sin recibir un salario, o bajo el fuerte sol de verano, o en la noche gélida de un invierno. Sin embargo, los invito a que vean la cara insospechada de algunos empleos premium.